Abro los ojos y miro hacia lo que tengo delante, primero hacia la otra orilla y luego, más detenidamente, hacia la superficie del agua. Sí, hay una piedra grande, no será difícil cruzar el río.
Es más ligera que la anterior y no tengo que hacer tanta fuerza hacia arriba para mantenerla en alto. No tiene forma, pero sí pequeños agujeros por todas partes. Me pregunto con asombro sobre lo que no sé de ella.
Bernardo Atxaga. 26 piedras para Eduardo Chillida.

Una nueva sede de las Cortes tenía que hablar de futuro. Una nave espacial puede expresar ese futuro.