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Centro internacional de convenciones de la ciudad de Madrid. International Convention Center of the city of Madrid
Madrid.
(2007)

con Manuel Ocaña y Subarquitectura

Mención

Publicaciones. Publications
Vía Construcción, 50, 2007

 

Starwars - George Lucas

 
 

La conveniencia de tratar con asuntos siderales.

Un lugar difícil. Un equipamiento enorme en la trasera de cuatro gigantescas torres que dan a la vía urbana más importante de Madrid. Un problema de fondo y figura de escala urbana.
Puedes esconderte, renunciar al conflicto, y confiar en que las cuatro torres te protejan o, simplemente, arrodillarte y someterte. Pero el compromiso con la ciudad y con su arquitectura nos llevan a batallar para equilibrar ese asunto de fondo y figura a priori perdido.
La batalla principal que vamos a librar será por levantar la cabeza y ponernos a la altura-escala del asunto. Que, también, se nos vea desde la Castellana, desde la carretera de la Coruña, desde el avión y desde las M-30 y M-40……..en fin, una batalla por la igualdad de comunicación.
Tenemos que plantear un edificio que tenga una presencia capaz de entrar en pulsión con cuatro torres de 250 m. de altura y que manifieste sinergia en todo el conjunto.
Los vínculos de dependencia del nuevo edificio con el medio  serán vínculos hiperestáticos, vínculos de amable y cortés dependencia mutua. El edificio del CICCM y su medio serán diferentes expresiones de una misma esencia común. Mediante la simetría de la ley de la gravitación de Einstein: el nuevo CICCM será un edificio que  agarre al espacio para decirle como debe distorsionarse y ese espacio agarrará al edificio para decirle como debe moverse

Vamos a plantear un objeto que acepte y trabaje con una geometría extrema pero que no esté atado a ella, un manifiesto de comunicación de la arquitectura con el entorno y del entorno con la arquitectura. Un CICCM que se apropie de las torres y que se inunde de ellas, y también las torres de nuestro CICCM.

Una justa medida de cortesía nos lleva a ocultar gran parte del programa en un cráter para darle el protagonismo a una cubierta-estrella, plateada y brillante, que explosiona y se fusiona con el paisaje circundante. Una estrella que mide de punta a punta tanto como las torres y cuyas puntas tienen una estructura tan potente en horizontal como la de las torres en vertical.
Queremos que esa estrella hable y que las propiedades de los materiales-energía que la recubren estén al servicio de ese diálogo. Una envolvente de escamas plateadas y reflectantes y su presencia estructural será el interface con las “cosas” del medio en el que está.

La estrella, que va a ser ocupada por el área de congresos, se apoya sobre el cráter que es como una especie de hangar elíptico semienterrado, una montaña metálica iluminada mediante unos desfiladeros radiales de cristal que acoge los programas del área de exposiciones y de catering. Alrededor, un bosque.

El acceso peatonal ocurre entre ambas situaciones y el rodado en la misma cota de la situación inferior.

El proyecto trataría de ser un Cosmos. La arquitectura, la implantación, la escala, todo, se va a teñir de un sentido casi planetario. Por eso lo de la conveniencia de tratar con asuntos siderales.
 

The convenience of dealing with SIDEREAL MATTERS

A difficult site. A vast facility behind four colossal towers that rise along the first line of Madrid’s most important thoroughfare. A matter of content and figure of urban scale.

The building must have a presence able to interact with those four towers measuring 250 meters in height, ensuring that the whole complex show synergy. The links of dependence of the new building with the environment must be hyperstatic, links of kind and polite mutual dependence. The building proposed for the CICCM and the setting in which it is located shall be different expressions of a same common essence. Making reference to Einstein’s Universal Gravitation Law, the new CICCM will be a building that ‘takes hold of’ the space to tell it how it must distort itself; and that space shall in turn take hold of the building to tell it how it must move. The object accepts and thus works with an extreme geometry but is not ‘tied’ to it. It is a manifesto of communication between architecture and its context and between the context and architecture. A building and a group of towers that appropriate and pervade one another.

The right measure of courtesy leads to concealing most of the program in a camouflaged building, drawing attention to a silvery, bright star that explodes and blends into the surrounding landscape; a star that from point to point measures as much as the towers and whose cantilevered arms (some of over 100 meters) and compensated by a spiral, have a structure whose horizontal display is as powerful as that of the towers’ vertical one. The star – that will be taken up by the congress area – rests on the building-crater, a sort of partially buried elliptical hangar clad in red volcanic rock that lights up with radial glass clefts and that accommodates the areas for exhibitions and catering. Pedestrian access is through the star and this metallic mountain, whereas vehicles access the precinct from above and inside.